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Estirar la liga.


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Estirar la liga es la frase que utilizo cuando quiero describir el evento de llevar a alguien, en una circunstancia específica, al límite, y empujarlo un poco más allá, en tanto la liga no se rompa.

Los humanos tenemos el mal hábito de testear límites, cuando se trata de los propios resulta hasta admirable, salirse de la zona de confort en la búsqueda y conquista de retos, ver más allá del cuadrado y del círculo, superarnos, pero cuando los límites que probamos son ajenos, ya no resulta tan admirable. Nos gusta estirar la liga con quienes nos rodean, familares, amigos, conocidos, hoy una pequeña broma, mañana un poco más pesada, la siguiente semana ya eres mi perra y el objeto de mi mala sangre y mi maldad, pero los seres humanos no somos tontos, vamos aplicándola de a dosis, probando tolerancia, juzgando autoestimas, creyéndonos hábiles e intocables, y qué tal que un día la liga se rompe porque la víctima ya no tolera más el maltrato, las bromas, las correcciones o las críticas, y saca todo lo que ha mantenido oprimiéndolo, con golpes, con gritos, con insultos, y y de repente ya no es tan simpático verdad, ya no somos tan magníficos y risueños, sino unos cachirritos avergonzados y lastimosos, la liga se reventó, y cuando la liga se nos revienta pica, quema, y como agua mala, deja una marca que expone el rastro de dolor.

Desafortunadamente nadie estira la liga sin que la otra persona lo permite, visualizo un escenario en el que la víctima entra a la casa de su agresor por su propia voluntad, lleva fresas, crema y vino como obsequios, y se recuesta en la cama a tomar la siesta. La responsabilidad puede que sea compartida, pero nada es más reprensible que un abusador.

No es positivo estar en alguno de los 2 extremos, el que estira la liga o al que se la estiran, ambas posiciones son negativas y representan debilidades de carácter o falta de autoestima, características que se convierten en un lastre y un obstáculo a la hora de conseguir lo que es realmente valioso en la vida. El remedio natural neutralizador del efecto liga es el respecto, el que se exige y el que se profesa, el respeto metaboliza cada uno de los compuestos que nos generan la necesidad de pasarnos de listos o de permtir que alguien nos trate como tontos, así que pensemos un poco, ajustemos nuestros niveles y hagamos respeto, es el mejor momento, tiremos las nuestras y rompamos las ajenas, un mundo sin ligas definitivamente sería un mundo mejor.


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